una vez, hace mucho, tiempo alguien --tal vez borracha-- me dijo que... as long as you are somebody's reason to masturbate, you're ok... fue algo espontáneo, y me hizo pensar, muy en lo oscuro... bueno, válido el enunciado, dije, que mientras seas fantasía externa no importa cuánta sea la porquería interna... porque de nuevo cayendo en la superficialidad de todo ser humano... que si te entra por el ojo y por la boca y tal... que es lo cierto, que nunca lo admitimos, pero a lo largo del tiempo... to do es te tiem po, chorro de espanto y toda pérdida de encantos... la masturbación del cuerpo no tiene mucho atractivo, nunca la tuvo en mi libro del camasutra deL susto en susto. en realidad. la delicia es tocar, dadivar de adentro pa'fuera, y rozar, mirar profundo, en lo mental, hasta caer... ese sinuoso traquetear mental del deseo poroso y agitado, peculiar y sensorial es inigualable a la hora cero, del cero derrumbe en adelante. yeap, masturbadoramente ando yo ahora con un ojo tapado, me digo, mirándome... yo más que túnel del autotacto, ya canal profunda al lodo, donde se cae y resbala, hacia dentro, muy adentro... masturbadoramente incógnito...
SIGUE
porque llevar parche, a punto de morirme, en pos de corregir la bizquera incorregible de toda una vida... putavida... y si no fuera por el dolor, casual, que me causa la falta de visión y la intromisión de un ojo en otro, a por ojo, a por culo, a por la paz... porque hay cosas que no tienen solución... que tronco que nace bizco jamás su ojo endereza. y aspiro, respiro el inquieto --hasta dentro del baño-- ese oler a libros, por doquier. fuente de desperdicios, los libros. libritos. libracos... y en ellos la vida de palabrerías en su apogeo. mis pala bre rías down the toilet. flush all that shit, esos ecos de aeiou...y echa consonantes, compón un son, planta un árbol, fóllate a ti misma... si no hablara sola, a veces ni esa voz recóndita y brusca escuchara... mientras me masturbo lo mental y en mente, aburrida de estar aquí... en un baño cualquiera mientras afuera dicen mi nombre... tu nombre me sabe a yerba... de la que crece en el campo... a golpe de flor... miré a mi alrededor después de evacuarme... e va cuar me... evaqus... vaciarse... una corta y cálida meada. chirriante meada en eco acuático al descubierto y me volví a mirar, a observar. sí, esa eres la que entonces, víctima y victimaria de los tiempos que corren, a la ligera, huecos... saqué el móvil y apunté, que ya ni enfoque... poLque el que se mueve no sale en la foto, farfullé mordiéndome un labio y el otro, lo pellizqué... en movimiento... en la foto de la constancia del estar... haber sido, participante y... fuera de foco. todos se quejan cuando me toman fotos. porque solo yo puedo tomarme fotos, contesto pesada e irritante. ven, decirme yo eso, que siempre he estado fuera del juego, de la foto, del momento, de la historia, fuera, afuera, observabizca y voyeur. omulloando. y no quería salir del baño, oyendo los aplausos leves, con ganas de tirarme por el caño. evacúate. aquática. rinquinquín... lerroncaelculo... tantos culiláteros... que ni cuadrados. afuera el eco del qué busco en este refugio que revolotea ya en los libros, en esas páginas amarillas, resecas... devueltas sin leer... raquíticos libros, olvidados en el requisito número tres en vías de extinción... cuando salí de ... dejé enterrado mi co razón... y tantos papeles ardían. qué osadía. pero en la distancia nada ya se veía. el humo, vaporoso... afuera.
cuando salí del baño, cuando salí de mi angst telúrico y ridículo, cuando Amigacha me preguntó si estaba bien, porque si había tardado... y me miró fija con sus ojitos chinos. na, nena, na... estaba tomándome selfies, le digo y ella salta, experta en esos automontajes, que proyección es... autoproyectarse... aboyarse en el cálido mar de bueyvaquita en los brazos de él, gordita flotante mirando al cielo esperando que se abra, que se agriete, que caiga él de un lucero, una estrella, una luna, un sol y todo el universo, todo... que venga y me abrace y... me llame poethija... "ay déjame ver", dice Amigacha, tratando de quitarme el telefonito y ver los selfies. la esquivo, virtual ya casi, apenas, que el cielo se va a abrir y de él... todas mis mentiras, todas... al chorreo de cada devaneo, van a caer. "para qué, si me tienes delante, mujer. mírame." y me mira y me echo a reír... mirándome sin reconocerme, o no, o no, no... puedo reconocerme entre tantas que soy... duplicidades, dice mi socia insoluble... esos diplomas disciplinarios a los desobedientes díscolos. y me acerco al podio y leo. los zapaticos me aprietan, las medias me dan calor...
Amigacha, dónde, ay, dónde está la primavera, me lamento, mirando a mi alrededor una vez que termino y me aplauden otra vez. sin haberme comprendido. incompresión. esas páginas secas. estas palabrerías mías roncando en el enigma del sueño. mírala, ahí, dice Amigacha hablando de alguien, no sé quién porque estoy mirándome los pies, mis zapatos, que me aprietan... y levanto la vista... que no es fácil, tampoco, levantar la vista, levantar el ánimo, levantar la humanidad y hacerla, al viento, posible en todas sus carestías... ah, pero Amigacha habla de eLLa, que se acerca sigilosa y dichosa y nos dice, ronca... tengo hambre. me echo a reír, de buena gana, y eso me hace sentir mejor. eLLa siempre tiene hambre, o casi siempre. qué quieres comer... tacos, contesta sin dejarme terminar. pos sí, echémonos unos taquitos, dice Amigacha, más que dispuesta... sonriente sexual y alborotada. qué escoltas tengo, pienso mientras salimos del salón de libros y llueve... abril y aguanieve... abril... detrás de los cristales llueve y llueve...y mientras caminamos le pregunto si se masturba pensando en mí, y sin pensarlo, me contesta que no. Amigacha, que me ha oído, atrevida y peligrosa, dice que sí, a veces. nos reímos, y cae un copo de aguanieve en mis labios.
sí, ya se anuncia la primavera, cierto, discreta y nueva, pero aunque la ansío... es esa puerta entreabierta a las responsabilidades. mayo, el peso de mayo a la vuelta de esquina. los rituales del remar en balde en el canal que me ramifica al sur, agarrado como va de mis ojos, líquidos y bizcos. cuando llegamos a la taquería, una mexicanita de lindos ojos color caramelo nos recibe. me recuerda a otra que me almidonó las sábanas hace mucho con su pegajoso almidón... mi reina, por favor. el cabello largo y negro siempre le olía a limón y tortillas, y era tan joven como nunca se debe ser... bah... mis reinas, donde gusten sentarse, dice la muchacha. Amigacha lo ha recomendado, que es un lugar rico, y ella, glotona, lo sabe. Pedimos quesadillas de flor de calabaza y de huitlacloche, tacos de carne asada, salsas, jugo de papaya, agua de jamaica y de pepino... ah qué nombres.... las definiciones de lo estético embriagado de lenguaje... que decir picadillo no es lo mismo que decir huitlacloche. cuando llega el pedido, las observo comer. eLLa lo hace con ese apetito saludable del buen singar. sin remilgos ni reposo, con deseo y gusto, pero organizada y con modales. porque observar cómo come la gente te indica cómo son en el camastro, no hay duda... en la glotonería humana se refleja todo lo demás... el egoísmo, la avaricia, la generosidad, la sutileza... ah, esas cosas del amar y mamar, puro tragar. miro a Amigacha, que también le entra bien al condimento con afilado diente y sonrío casi a carcajadas... se le nota la preferencia oral al felacio. y me río. qué, qué, qué... preguntan ambas. les digo. explico mi teoría. la embellezco. doy detalles. puerca, resopla eLLa, atacando esto y aquello y diciéndome que me calle, que ya lo sabe... yo y mis teorías sexales, le fascinan y la aburren, al mismo tiempo. eso me encanta, dice Amigacha, mirándonos de lado... y pos sí, tienes razón, dice y bueno, qué tal yo, dime más, pregunta malvada y poniendo la boca así y asao. bah... sóis las dos unas singonas, digo divertida masticando mis carnitas con chicharroncitos y cebolla y cilantro, lamiéndome los labios tras un trago de papaya licuada. comer y singar, la misma cosa, cuál mejor y más amena empresa...
y la comida mexicana, deliciosa... aunque no paso de unos buenos tostones, hechos como debe ser... fritos doble para obtener ese orgásmci borde crujiente. y... aunque detesto la comida boricua --grasienta y aún más vulgar que la cubana-- hace unos meses encontramos un timbiriche boricua donde hacen buenos tostones, y jibaritos... ese engendro chicaguense... porque ya mi lugar cubano cerró... y bueno... unos tostones de vez en cuando nos centran. y pensándolo bien... nunca me he acostado con una auténtica boricua, siempre han sido mezclas y derivados... ah, a ver, quién, quién... no, ninguan. ah, pero unos chiles en nogada, en esa salsa de almendra, la delicia del espesor decadente. o unos tlacoyos, rellenos de nopal y unos frijolitos con queso fresco... ah, y esas tortillas caseras, calientes y humeantes... y qué decir de las salsas. porque, si vamos a hablar culinarias... una cocina que no tenga ricas salsas, no es cocina... es engendro. derivado. la cocina cubana no tiene salsas, solo sofrito. que puede ser delicioso, si bien hecho, pero es el mismo sabor repetido, con variaciones, pero más o menos igual. sin embargo, las salsas mexicanas... pordió... la variedad de chiles, ah, el mole... el descubrimiento del mole madre que da y da y da... toda una razón para vivir... porque hay que vivir. y hay que comer para vivir. para ser la razón de que alguien se masturbe pensando en ti... en mí. y según lo que se coma, se exhala por el sexo... aromas letales por partida doble... lo comento, lo que pienso, con mis comensales. y zas, nos metemos de lleno en la olla de la discordia... ah, ven... siempre el mejor tema, de ser deseo a aparentarlo mientras masticas. y masticas, y al fina, al rato, te lo tragas... el deseo.
2 comments:
Your one of my reasons sono. Jj
jj, qué jeta la tuya... lo tuyo es mucho blablablá.
a ver, dile eso a tu socia, y a ver qué pasa... bobita
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