Cundo Bermúdez: Mujer peinando a su amante
...porque no hay peine como tus dedos, diría él, con sus labios prendidos de su piel,
y ella narcisa, suspirando miraría hacia el mar que se atrevería a sollozar oleadas ahí cerquita, entre las persianas ... y el calor los envolvería del vaho marino saturado de sexo y aliento mientras el peine se desliza y le raspa el cuero cabelludo, pura lujuria de mujer arañando un cerebro serio y pensante que sólo analiza la carne joven, dispuesta, tersa, habanera...
...porque no hay peine como tus dedos, diría él, con sus labios prendidos de su piel,
y ella narcisa, suspirando miraría hacia el mar que se atrevería a sollozar oleadas ahí cerquita, entre las persianas ... y el calor los envolvería del vaho marino saturado de sexo y aliento mientras el peine se desliza y le raspa el cuero cabelludo, pura lujuria de mujer arañando un cerebro serio y pensante que sólo analiza la carne joven, dispuesta, tersa, habanera...