urgando por la red, vi esta foto de la derecha y enseguida pensé en la novela Sin novedad en el frente, All Quiet on the Western Front, de Erich María Remarque. y claro, pensarlo me llevó directo a Madrid...
con apenas doce años, recuerdo haberla tomado "prestada" del librero de nuestra casera madrileña, doña Goya. me la leí durante una semana de verano pegajoso, con los Fórmula V y su "Cuéntame" y los Payos y su "María Isabel" marcando la música de fondo a través de la cadena SER en aquel piso de Ayala donde tantas cosas descubriera la niña hispanoamericana que una vez fuera sin saberlo. en aquella época todo lo que caía en mis manos era releído hasta el cansancio. por falta de subvención financiera para adquirir libros, la mayor parte de mis lecturas provenían del estante de la casera. la señora Goya había sido republicana, aunque ya para cuando la conocimos era bastante franquista y se refería al viejo respetuosamente como "el caudillo". siempre decía que su familia se había ido a la Argentina a "hacer las américas" y no porque salieron huyendo, como se le escapó un par de veces después. la suya era una colección variada y rara, deduzco ahora, por ser el resultado de libros abandonados por todos sus inquilinos anteriores, en su mayoría estudiantes de izquierda que ella refugiaba en su piso, seguramente hoy empresarios calvos de derecha con hijos que visten la estúpida camiseta del ché y van a cuba dos veces al año a engrasar sus ideas socialistas, después de un polvo y un puro, claro.
en la colección de doña Goya había de todo: una versión abreviada del Quijote, un libro de ensayos de Unamuno, otro de Marx que mi padre escondió bajo llave en cuanto lo vio, La familia de Pascual Duarte de Cela y otros clásicos españoles... allí también encontré una novelita titulada Violando esta hermosa tierra, del autor galés Alexander Cordell, que se convirtió en mi biblia contra las injusticias del mundo industrial hasta que encontré otra, titulada La concubina, de Morris West, que me sirvió de túnel católico a mi desquiciada obsesión con Graham Greene mucho más tarde. en aquel estante empolvado encontré Sin novedad en el frente, en su primera edición en español, del año de la pepa, toda descuadernada. leerla produjo en mí un espanto antiguerra muy acorde con los tiempos que corrían en el mundo de finales de la década de 1960. recuerdo haberla releído varias veces, sintiendo una profunda lástima por el joven protagonista, Paul, y su generación perdida a una guerra absurda, la primera de muchas por venir...
así, leyendo los libros de doña Goya, los tebeos del galo Astérix y los castizos Mortadelo y Filemón, la revista de música Mundo Joven (izq.) y la Lecturas de chismes de farándula, transcurrían mis primeros años adolescentes, sin mucha novedad en el frente. fueron maravillosos, pienso hoy, pero también llenos de miedos y de las despedidas abruptas propias de los exilios. hoy a veces me parece todo ese ayer un cuento mal traducido, como muchos de los libros que entonces digería con gula.
7.03.2009
viGía
cuando vi la foto de este soldadomuñeco tan blando y maleable, líquido y tembloroso, como un verdadero soldado abandonado a su suerte, al viento, pensé en Paul, el antihéroe de Remarque...
aquí este soldado vigila la puerta del estudio del dúo de artistas Guerra de la Paz, sus creadores, en la sección denominada Little Haiti de la ciudad de Miami... ¿tendrá efecto este vigilante del arte?
ver a Guerra de la Paz abajo, en el video de la exhibición en la galería Saatchi de Londres...
aquí este soldado vigila la puerta del estudio del dúo de artistas Guerra de la Paz, sus creadores, en la sección denominada Little Haiti de la ciudad de Miami... ¿tendrá efecto este vigilante del arte?
ver a Guerra de la Paz abajo, en el video de la exhibición en la galería Saatchi de Londres...
absTractAmeRICA
Abstract America: New Painting and Sculpture
works from more than 40 American artists at the Saatchi Gallery, London
Until September 13, 2009
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