anoche que era tarde en realidad día abierto a la luz siniestra del objeto pasado deambulé por mi cuerpo insomne con manos frías pensando que hospeda la muerte sin cobrarle un céntimo y tropecé con la libreta de poemas cursis de érase una vez un vértigo desmedido enredadas sus cuartillas en mi ombligo y con el frasquito de metal que aún contiene la esencia joven de la presencia secuestrada en un sobaco ahuecado y las mentiritas quedas de mensajes atornillados entre los dedos sin uñas tersas y me topé con las cárceles de las rodillas sacrificadas emancipadas al vertedero de huesos antes profundamente hincadas en carnes prietas blancas rosadas morenas delineadas en el muro del espejo que narcisa intensa húbome propinado por un aniversario no deseado y respiré el rocío fresco del oxígeno liberado que jugueteaba en el vaho bucal compartido antes con moras densas y judías tensas con cubanas desterradas evacuadas filtradas de ideas mixtas y lunares precisos en la punta de la lengua que me brindaban deslizadas entre tiesas españolas e italianas apenas reinas mexicanas encantadoras damiselas de hilera de butacas de este mi teatro efímero opereta singular dando abasto en platea orquestada a la sinfonía en pleno oído al agujereado canal interior que es tan mío de este mi cuerpo en fuga anoche que era tarde ya y una mitad del mundo dormía ileso y la otra asustada se sacudía el miedo de otro amanecer turbio y siniestro y yo entonces me tapé con los pulgares los oídos mirándome muy adentro donde aún queda algo de mí que vale la pena salvar reavivar recordar y así hasta que pasó el ruido el bullicio el precipitado escalofrío de lo verdaderamente ido.
y así acaricié mi vientre caliente que pensó de repente en elevarse al techo y observar a ese fantasma terco que llevo dentro del pecho y arremeterle un puñetazo certero... un blow-in-the-jaw salvaje y contundente para recordarle que aún no ha muerto
© om ulloa