María Moliner: La mujer que escribió sola y a lápiz un diccionario, el DUE, dos veces más largo que el DRAE
Ah, la Moliner... ninfa y diosa de todos mis tormentos... de las palabrerías flotantes en mi defectuosa mente (o en mí, defectuosamente... la basurilla de las letras) porque estas tendencias de rebeldías lingüísticas, marco y cuadro de mi ansiedad de comunicación a contracorriente, como concepto de vida... uff.
ah, la Moliner, compañera de angustias y desparpajos... las dudas, dudosas... joven, yo, mirando por la ventana el tiempo pasar montado en alas huecas y agujereadas, un eco portátil y continuo el de la libertad del lenguaje, la esclavitud del alfabeto hacia la cárcel, las palabras, mujeres perversas... y aquel dúo de volúmenes de la incansable fumadora muerta, entre mis inesperadas herencias... dejarlos días en el porche para ventilarlos, todas sus palabrerías expuestas al viento... al sol... las páginas pasándose solas, como el tiempo, entonces, cayendo... mirándolos de pasada, ignorándolos. y luego el perenne olor a humo húmedo de los libracos de la Moliner, rozando mis dedos, inútiles en mi búsqueda... los dedos secos en las páginas finas y polvorientas... y la voz, las voces, autoritarias...
—Ve y consulta a María...
mirarla entonces, a mí como a ella y las otras, todas petrificadas en vocablos de significado dudoso, siempre ansiosos por la comprobación del no vayas a meter la pata y decir una barbaridad... cuando siempre debió ser mete el cuerpo y sal viva, sal viva... mastica la palabra, trágatela... antes de tirarme encima las páginas, bañarme en todos los significados posibles enjabonándome para lo que nunca tiene explicación... nunca, esto... la ardentía de la armonía, invisible... el baño perfecto, la limpieza pureza absurda y contestarle, a través del tiempo toalla, a todas, esas acepciones innecesarias, la flotante pajarita volátil entre ellas, aditivas, acumuladas... el exceso de opciones singulares, definiciones nunca precisas, ambivalentes que ni singulares ni plurales... adverbiales, en moción... como el viento y el tiempo y la falta de ... todo lo demás...
—¿A cuál... a cuál consulto... a la virgen, a la mariamagdalena puta o a la Moliner?