sentidos.los.pocos.con cinco no basta. por lo sensorial voy. por lo que se toca. huele. escucha. observa. degusta. presa soy de esas sensiblerías con mis órganos que sienten tanto o más, agudos, ásperos, papilla de la piel, aroma de la pupila. por tocar toco hasta la mierda. siempre fue así. por sentir siento hasta lo que no existe. por oír atrapo ecos de las piedras. por degustar hasta caníbal resulto. es la experiencia de sentir y saberlo. experiencia humana.
recuerdo un aula donde un calor asfixiante nos dormitaba en los párpados después de un recreo matutino de panetela sobreazucarada y refresco de mate endulzado. azúcar y cafeína a los ocho años, corriéndome por las venas con un palpitar asustado y la maestra hablando boberías varias. que si el predicado que si el sujeto que si las moscas se estaban alborotando encima del pupitre del oscarito observé mientras la voz de la vieja con zapatos ortopédicos se sonorizaba en sus ondas cansonas. oscarito manoteaba las moscas sobre su coco liso y hacía muecas incómodas. se sentía un tufillo a su alrededor y los otros muchachos se burlaban. cuando por fin sonó el timbre y todos se levantaron precisos, mis ojos se quedaron posados en el asiento del pupitre, donde oscarito había dejado una piedrita oscura.
de la misma manera que cada mañana cuando, durante el matutino húmedo y los cantos a una libertad ficticia, mi nariz se introducía en la pelambre de digna victoria a aspirar su perfume de violetas con los ojos cerrados y las manos rozando la dureza almidonada de la falda de mi uniforme, me acerqué. era o no era, me pregunté. con el rostro casi encima de la piedrecilla el olfato me dijo que era. y no me importó que lo fuera. el tacto reclamó experiencia. más blando que una piedra, con certeza. apunte, mente, apunte. con el dedo embarrado me fui al baño. me pasé el resto del día con el dedo parado, alerta. que no me digan comemierda, que yo soy tocamierda, me dije risueña. peores piedritas me esperaban en la senda sensorial de mi humana vida.
acabo de tocarme la cicatriz que ahora se aloja en mi cuello para el resto de lo que quede. es áspera y huele al dolor que aún no he sentido porque el que se avecina no duele como el pasado. he cerrado los ojos para hacerlo, como siempre, nada como el tacto a oscuras donde todo puede ser cualquier otra cosa. es una soga, pienso. es un alivio, espero. es un cordel cordón fino que habrá de desaparecer. es una experiencia sensorial. otra. es un paso. a otro nivel. sensorial. es mi cuerpo. degenerándose. locuaz y descriptivo.
© omu 2009