12.29.2009

pitos y matracas

odio los fines de año con su simbolismo de cambio y esperanza, con sus listas de lo hecho y lo que hay que hacer, con su carga de errores y buenas intenciones... ésas que se apuntan en una lista y se olvidan para mediados de enero.

en realidad, para definir con más claridad mi antipatía por estas "fiestas", me gustaría hibernar a partir del 10 de diciembre y despertar el 1ero de abril. plaf. tal vez porque vivo en clima frío y así me salto el invierno y caigo de culo en la primavera, a pesar del fango de impuestos por pagar, plantas que sembrar, casa por pintar y todos los demás maleficios que me esperarían al salirme de mi cuevacama con ganas de una ducha caliente.

y nada, que en estos días ando buceando en pensamientos oscuros y chapoteando en excusas huecas. dándome latigazos verbales, a mis ácaros diarios y a la pila de papeles y documentos que gimen en mi escritorio llamándome en busca del tan "americano" closure. y claro, me rebelo y les digo que no, que sólo porque simbólicamente es fin de año no tengo yo por qué atenderlos, concluirlos, firmarlos y hacerlos oficiales. odio los oficialismos, y todos los -ismos, ya de paso, al igual que las firmas, las conclusiones. ya ven, soy seria a medias. y también ando en enredadas ramas numéricas... me gustan los múltiplos del 3, así que el 9 me viene de maravilla, pero el 10... no sé, aunque no me disgusta del todo por ser divisible por 2 y 5, que son lindos números también. pero el 2010 como que me parece demasiado redondo y quasi perfetto para tomarlo en serio. ya se sabe, en inglés esta próxima década se va a quedar en "twenty ten... etc." y los miles ni se mencionarán. me queda el consuelo que en mi dilapidada lengua castellana el dos mil será constante durante todo el siglo, quién lo oyera... milmilmil...y es que los miles son importantes, por su milenario peso, su paso enriquecido por numeración extraordinaria de un siglo 21 escaso en años pero ya con una década de edad y maldades múltiples en su bolsa del tiempo, ensangrentada por las afiladas agujas del reloj... ¿digital? no importa, análogo que esta década será el futuro tic tac tic tac del contador de una bomba a punto de explotar... lo presiento.

y lo que más me molesta son las predicciones. como ésa que acabo de hacer.

bah, me voy a dormir y a hibernar por lo menos un rato, a ver si se me pasa el malestar de envejecer en el limbo anual de las fechorías del año viejo y la inocencia del año nuevo, puras tonterías inventadas para vender uvas, champán, pitos y matracas. y sobre todo, para despertar mis siempre dispuestas letanías y matraquillas.