a nuestra diáspora vocacional subdividida en capas subconscientes a la que no llegan los aprovechamientos superficiales de nuestros predilectos pantanales predios y que por lo tanto siguen predispuestos
por doquier imperando como amperio fundido tal culombio aplacado del cual aprisa toda luz se desliza y surge la nata espesa de la grasa de la leche que cuelga de las antimperialistas voces imperiales que suelen ser fuertes por lo bien alimentadas sus calorías reflejadas en fechoría empujón palo látigo pedrada fusta y fusta que tanto asusta
pero... y, ¿qué dijo el coro?
dicen que dije pero sólo decía que dijeron lo que antes todos decíamos pero vino la voz y dijo y entonces no dijimos nada se oía el ruido el grito la fusta que asusta y entonces ¿qué dijsteis ? lo dicho, digo, lo que antes dijiste … pero, ¿eso no lo habéis dicho ya? nada el ruido el grito...
porque sólo con decirlo una vez
no bastaría entonces por qué decir lo que se considera de dominio impúdico ese apocado eco de tantas capas apocalípticas nuestras voces silentes chorreando desde un mismo subsuelo tóxico al pozo hueco fosa de la fusta que fusta y asusta...
om ulloa
il. Locuba, Alen Lauzán