5.25.2023

Beware... 1984


en mayo de 1984, cuando salió el álbum Private Dancer de Tina Turner y electrificó el espectro musical pop del momento, yo vivía en un loft de 3,500 ft2 del centro-sur de Chicago, a pasos del lagocéano. y era feliz. tanto como amplio e iluminado era aquel lugar de ventanales, que a principios del siglo 20 fuera  sede de una importante empresa fabricante de equipo pesado y sobre cuyos pisos rodábamos en bicicleta, los mismos que antes almacenaran y resistieran las enormes maquinarias agrícolas, motores diesel y múltiples piezas que industrializaron el siglo 20. y hoy, 
tantos años ha, las canciones de ese disco suenan ruidosas pordoquier porque falleció Tina Turner, su voz. inmensa, ella ida. y me mortifica el ruido. esos temas serán fondo de aquel tiempo de mi vida, aunque hoy sean secos arañazos, repentinos.

beware the savage jaw in 1984...    i can't stand the rain against my window... bringing back sweet memories... 

y esa felicidad, ¿a qué se debía? a la euforia del amorjoven. del arte. la música. el futuro aún posible. en aquel enorme espacio donde estábamos ya a punto de no estar jamás, vivíamos iluminados por la luz chispeante que el tren elevado filtraba por las ventanas, su tracatraca sobre los rieles otra melodía más entre las tantas en aquel nido para ilusos pajarracos pichones, mojándonos las plumas en la bañadera en baños compartidos, el agua echando humo mientras afuera nevaba y la Wilhelmina Diva trinaba La Wally a todo dar haciendo temblar los cristales de los viejos ventanales. los punks del piso de abajo, violentos Sidvicious-wannabes reaccionaban subiéndole el volumen a sus guitarras desafinadas gritándonos SHUTthatSHIToff y daban escobazos en las paredes, aviso puntual para nosotros subirle el volumen a la magnífica divanegra e intercalarla con el divoBeny, saantaisaabeeldeelaaslaajaas, y el perenne divoBola rodando por todo aquel espacio con el no-te -maginas y el tú-no-sospechas y el tú-no-comprendes y el vete-de-mí. a cada grito punkmierdero y estridente les metíamos las máximas, las grandes cubidivas: la Guillot, Celia, la Gil, la Alfaro, la Lupe, la Borja; y zas, entonces, para ya de verdad joder a los burguesitos punks —wannabe antiestablishement machitos de los suburbios que sopapeaban a sus noviecitas— nosotras, pajarracas jodedoras, les metíamos lo mismo a Tina que a Madonna que a Lucecita por la cabeza y luego a Springsteen raspando vibra del suelo al techo… booornn in the yuesei... youu makee mee feel like a virgin... acompáñameee… porque puede suceder...  

y así, las notas por las amplias ventanas se fugaron. meses con los punks dándose piñazos, sus rostros amoratados en el elevador en la mañana, y nosotras en vías de ser crisantemos  de lluvia semiamarga con fondo de Lecuona, de Tina, de los Eurythmics... cogiendo y rechazando y tan pronto aquel regalo mal envuelto sin saber abrirlo, manejarlo, usarlo…  here comes the rain falling on my head like a memory... like a new emotion

¿por qué dices eso? porque los regalos a destiempo, qué desperdicio, qué tristeza, ¿no? solo sirven para echarte a perder todos los regalos venideros… 

qepd Tina, y nosotros...

© om ulloa