Dicen que hoy Hillary Clinton va a/tiene que tirar la toalla, y que lo que viene será histórico. La historia, ya se sabe, la escriben los hombres que ganan, así que no nos extrañe que este pedacito también sea mecanografiado por manos masculinas, de esas estereotipadas y velludas que aún en el siglo 21 no dejan pasar a las mujeres al equilibrio de la igualdad, y mucho menos gobernar.
Y noten que la ironía que tanto resalta de estas pre-elecciones es que en el continente americano, los países dizque machistas son los latinoamericanos, entre ellos varios que han sido y son gobernados por mujeres, para bien o para mal, pero ahí está el dato.
Barack Obama hará historia, y tan sonada que nos aburrirá, dentro de los cuatro muros que son las fronteras del paisito provinciano y aislado que somos, al fin y al cabo. Más auténtico hubiera sido el momento si la ganadora hubiera sido Clinton, pienso, que se lo merece más por experiencia, aguante y visión realista para un país en guerra y con la moral por el piso. Obama llegó y expuso, justo a tiempo, su blanca sonrisa en su moreno rostro que tan bien sale en fotos. "Cambio" dijo y repitió sin cesar porque se dio cuenta de que el estribillo gustaba, como pegajosa canción de moda, al igual que Bush dijo "cambio" a su ganado moralista para dejar atrás al otro Clinton y sus devaneos "inmorales".
Pareciera que la misma manada malinformada y puritana que puso al inepto de Bush en la presidencia ahora, regida por un populismo de nuevo tan desinformado que hasta cuenta con el apoyo de sus hijos, jóvenes y peor informados, sin el menor deseo de leer unos cuantos tomos de historia, vitorea a un inexperto Obama que se vislumbra como el heredero ante un anciano y desgastado McCain.
Jason Reed-Ana Martinez
(AFPGetty Images-Chip Somodevilla)
All together now! Oh yeah, baby.... Obama´s change movement is such a new groovy idea...
Un inexperto y negro Obama que, sin querer queriendo, representa el pasaporte a la exoneración del gran pecado, entre los muchos pecadillos, de este país. No, no se ha hablado mucho de la raza, dice la prensa, pero los latinos se afiliaron con Hillary, dicen, marcando aún más la división racial entre negros y latinos, repiten y repiten y casi no quieren mencionar la discriminación de blancos a negros que existe y seguirá en vigor aun con un presidente negro en el poder. Y es que, ya habrá tiempo de eso después, cuando pase la luna de miel. Ahora la cosa es sacar a la vieja del juego y que el nuevo presidente por lo menos sea... hombre. La cosa será ver si tiene huevos o si nos resulta otro huevón más.
Jason Reed-Ana Martinez
Cierto, Hillary y comitiva cometieron muchos errores y tal vez por eso merecen perder. Sin embargo, peor será la pérdida cuando la manada ciega y mal educada se dé cuenta de que Obama, una vez presidente, no va a poder cambiar mucho y que, además, es un conservador disfrazado de demócrata a secas y de liberal para los más exigentes. La sonrisa esplendorosa y radiante del joven Obama no se puede comparar con el rostro de temba mediotiempo de Hillary, con sus ojeras y arrugas, con su sonrisa cansada, con su Bill-a-cuestas. Y menos aún con el rostro de McCain y sus experiencias en Saigón, que quién se acuerda ya de esa otra guerrita de mierda. Y es que ya se sabe, en este país las máscaras, lo estético, lo superficial siempre gana. Somos así, la potencia que desprecia la educación porque se cree el mito que ella misma ha elaborado y por lo tanto se cree con derecho a todo sin sacrificar nada, ni siquiera la apariencia de eterno país joven, sin la carga histórica de la antigua Europa.
Venga el que venga, estos próximos 4 a 8 años son clave para un país que necesita con urgencia salir de una guerra absurda que dura 6 años y que está acabando con una generación. El elegido nos tiene que guiar a salir de una recesión económica que ya más que crisis es un escándalo moral, sabiéndola prefabricada como fue, en manos de economistas que desde hace 10 años sabían lo que se nos venía encima y lo dejaron suceder mientras los selectos se enriquecían y los tontos de siempre se hacían la ilusión de que les tocaba un pedacito de la torta. Mmm... entonces, como el ocaso es moral, porque ya sabemos que en estos lares los gringos se la dan de muy morales, god fearing and in god we trust y toda esa baba, se me ocurre... ¿por qué los demócratas no van preparando ya el juicio a Bush, Cheney y Greenspan?
Sí, al banquillo con los cabrobribones por habernos metido tremendo tabacón en el trasero, humeante de mentiras; por habernos pegado los cuernos con la industria petrolera ante los ojos del mundo, que se destornillaba de risa por nuestra humillación; y por haber violado toda la confianza que el iluso país puso en ellos al contraer un muy mal llevado matrimonio dicho sea de paso, impuesto por la Gran Corte de Trespatines y los Supremos en Conserva hace 8 años. ¿No tendría esta verdadera acción legal más base y apoyo moral que enjuiciar a un presidente por mujeriego y picha dulce?
Así fue y lo peor es que sigue siendo, y encima, la ultrajada es la esposa-patria y los hijos-pueblo, que se quedan, una vez más, con todos los platos rotos y las ilusiones quebradas debajo de la saya, esperando, una vez más, el gran cambio que nunca llega. © sonomataumo
Venga el que venga, estos próximos 4 a 8 años son clave para un país que necesita con urgencia salir de una guerra absurda que dura 6 años y que está acabando con una generación. El elegido nos tiene que guiar a salir de una recesión económica que ya más que crisis es un escándalo moral, sabiéndola prefabricada como fue, en manos de economistas que desde hace 10 años sabían lo que se nos venía encima y lo dejaron suceder mientras los selectos se enriquecían y los tontos de siempre se hacían la ilusión de que les tocaba un pedacito de la torta. Mmm... entonces, como el ocaso es moral, porque ya sabemos que en estos lares los gringos se la dan de muy morales, god fearing and in god we trust y toda esa baba, se me ocurre... ¿por qué los demócratas no van preparando ya el juicio a Bush, Cheney y Greenspan?
Sí, al banquillo con los cabrobribones por habernos metido tremendo tabacón en el trasero, humeante de mentiras; por habernos pegado los cuernos con la industria petrolera ante los ojos del mundo, que se destornillaba de risa por nuestra humillación; y por haber violado toda la confianza que el iluso país puso en ellos al contraer un muy mal llevado matrimonio dicho sea de paso, impuesto por la Gran Corte de Trespatines y los Supremos en Conserva hace 8 años. ¿No tendría esta verdadera acción legal más base y apoyo moral que enjuiciar a un presidente por mujeriego y picha dulce?
Así fue y lo peor es que sigue siendo, y encima, la ultrajada es la esposa-patria y los hijos-pueblo, que se quedan, una vez más, con todos los platos rotos y las ilusiones quebradas debajo de la saya, esperando, una vez más, el gran cambio que nunca llega. © sonomataumo