el otro día, eLLa, que arribó con su aquíToy flechazoRpresa, y yo perdidas en los nuevos barrios mayamenses para nuevos nosequé, buscábamos arte y color en medio de un día de lluvia infinita. después de media vuelta, hartas ya de ver gente que se cree linda pero feafea con su bobería a cuesta, decidimos comer barato después del zarpazo de un espresso raquítico y acídico a 3cocos el golpecito en un tal café pantera, que dicen es lo máximo por estos lares. y luego de rugir como lincetigresaleona, eLLa, que cuando tiene hambre no cree en nadie, se pone con el telefonito a yelpear a ver qué, en wynwood y alRRedores diseñadores, se prestaba para nuestra humilde digestión.
salió en primer lugar un tal DeliciasPeruanas, y fuimos paLLá, pero no existía ya... niñas, haceRatoEsoNoEstáY, dijeron burlones en la gasolinera de enfrente. empapadas de tanta guanajada, ya con las ganas de lo peruano en la punta de la lengua --porque hay tres o cuatro cocinas en el mundo que sin ellas no seríamos humanos... y la peruana es una de ellas, con la mexicana, la china y la italiana, que lo demás es bobería y fusiones engatusadoras de carbohidrato. así, suspirando pero no en limeño pero sí en cubano por arrocito verde descubrimos entonces otro peruano en la biscayne y la 25, llamándose bien cursilón SaborAperÚ, pensé pero paLLá fuimos.
en medio del aguacero y ya tirando para las dos de la tarde, aquello estaba repleto de niñatos y nenas fresas peruanos, fusionados y lindos. y claro, las camareritas eran todas nenitas chiquitas, trigueñas y serias, esfinges casi, de boquitas carnosas y acento hueco, hueco, huequito. y ni una vez me miró a los ojos la que nos tocó, impaciente con mis preguntas, merecedora de una buena nalgada en su culito apretado. cálmate, me dice eLLa tranquila, riéndose. mira como hay gente, es buena señal, dice. y sí, todo estuvo muy rico y comimos con hambre abierta, que es como único se debe comer... en resumen, nos tiramos por los clásicos, ah, pero el arroz verde con camarones, azuquita deliciosa a pesar de estar ensopaíto, que yo lo prefiero desgranado. se lo dije a la camarerita, que entonces, y sólo entonces, dejó que una leve sonrisita se asomara a su boquita protestona. cabrona, pensé, pero eLLa me contuvo.
entonces, recomendado queda el lugarcito, que aunque miniatura y apretado, sirve abundante, relativamente económico que no barato, y bueno, muy bueno. y al que le gusten las camareritas peruanas sádicas, pues eso, que allí abundan.
3 comments:
Sono rico doble, esa ella rica y la comida peruana que es una delicia. Estoy celosa por eso no me haces casó. Jje
jaaaaa Jeje, no me das tregua. te prometo que pienso en ti cada vez que peco, para que veas... jaaaa
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