11.10.2010

reciprocidad


il. maniobra, de o. santana


hoy en el
Periódico Guamá, ÓRGANO OFICIAL DEL QUE HA PARTIDO


un texto de om ulloa

My tongue, every atom of my blood, form'd from this soil, this air,
Born here of parents born here from parents the same, and their parents the same…
Song of myself, Walt Whitman



disfruto de las palabras como otros gozan al degustar vinos aromáticos o quesos malolientes. para mí son esos huesillos sueltos con los que construimos esqueletos, estructuras sobre las que edificamos —objetos: bohíos, aldeas, bodegas, burdeles, ministerios, iglesias, palacios, y conceptos: patrias, nacionalidades, partidos políticos, exilios, ideas, preferencias— siempre con la intención de comunicarnos, de entendernos entre tantas babeles alzadas por nosotros mismos, pienso.


digo esto porque ayer, alguien a quien admiro me pidió mi opinión sobre unas palabras dichas o desdichas (Los Aldeanos declaran a su llegada a Miami que vienen a cantarle a los cubanos, no al exilio cubano…) que andan agitando tímpanos en la ciudad-estado de Mayambana y en su explosiva diasporita cibernética, la blogofosforera cubiche. el pedido me tomó de sorpresa, pero al ser yo de origen cubano (de eso no tengo duda) y más o menos ser parte de la blogofosforera (titubeo ante tal fosforescente idea…), quise saber cuál era el revuelo —el much ado about nothing del momento— porque no estaba muy enterada del suceso. con rapidez hallé videos, datos, entrevistas y leí opiniones antes de llegar a la conclusión que… palabras, palabras, tan sólo palabras hay entre los dos…

resulta que dos raperos cubanos que están de moda, autodenominados “Los Aldeanos”, acaban de aterrizar en Mayambana, la ciudad-estado representativa del exilio cubano —ése al cual nadie, parece, ha venido a cantarle. vienen con Silvito “El Libre”, vástago del trovador emblemático y sempiterno de la “revolución” cubana, Silvio Rodríguez. estos tres jóvenes son muy populares allá en La Habana, Cuba —su batey y aldea de residencia oficial, lugar que lingüísticamente equivale al vocablo “patria”, conocido como paraíso comunista tropical en el resto del universo. estos raperos, que más que cantar declaman y repiten letras con narrativa contestataria en ocasiones poética, también son conocidos entre variados grupos de la diasporita —“concepto” nómada que flota en lugares de distinta geografía, en cuyo espejo virtual se ven reflejados términos varios: exilio, reclusión, destierro, ausencia, elección de no querer o poder vivir en la “patria” (por razón personal, política, económica, sentimental, etc.).

deduzco, por lo que dicen los expertos de la blogofosforera, que la popularidad de estos tres mosqueteros cubanos del siglo 21 reside en que se atreven a criticar, en sus letras, la doble moral que reina en su país, patria, desde 1959 (de lo que no me cabe duda), pero con más urgencia durante la época que a ellos, dada su edad, les atañe: el llamado “período especial” que supuestamente comenzara en la década de 1990 y del cual la economía isleña aún no sale. esta crítica la hacen con irreverencia, utilizando jerga callejera que limita con la vulgaridad, algo que a cualquier joven del planeta Tierra le parecería genial y apropiado para el siglo 21. sin embargo, en un país donde tal falta de respeto a lo establecido (a la fuerza) no es bien vista por el estado y sus múltiples mecanismos de represión, expresarse de esa manera, sin formalismos y oficialismos, es considerado subversión, o “revolución y alejamiento de lo establecido”. descubro también en mi laberinto investigador de palabrerías que con anterioridad a los sucesos del meollo del asunto (… que vienen a cantarle a los cubanos, no al exilio cubano), estos muchachos se han definido como “revolucionarios de verdad”, según el sentido de la palabra “revolucionario” que se refiere a aquél que desea producir cambios para mejorar una situación y no en referencia a los representantes de la ideología sociocomunista —que pasan a ser “revolucionarios de mentiritas”, según la lógica de los opuestos— que conforman el gobierno de Cuba.


SIGUE AQUÍ




importante añadir entonces que, además de dictadura e imposición durante 51 años, la forma de gobierno de Cuba se ha convertido en una “monarquía castrista” (sólo la familia Castro tiene derecho al poder absoluto), “castrense” (militar en todo su sentido) y “circense” (que no tiene orden ni sentido en pleno siglo 21). todo pareciera ser una paradoja… un oxímoron grandilocuente, pero dado el lugar donde imperan estas irregularidades lingüísticas y políticas, anything goes. por lo tanto, lo único que para mí tiene sentido es que jóvenes como Los Aldeanos, Silvito y unos cuantos más que destacan con la veta de revolucionarios “de verdad”, se rebelen y protesten la realidad que les ha tocado vivir allá en su país y patria. y eso de hecho lo hacen, allá en su aldea, donde las voces de protesta no abundan después de medio siglo de opresión. también es un hecho que miembros de la muy concurrida diasporita ayudan a estos jóvenes cubanos a diseminar su mensaje de protesta vía nuevas tecnologías, las que son tenazmente prohibidas en la isla, ese paraíso tropical. entonces, digo yo, pareciera que la intención de comunicarnos, de entendernos entre tantas babeles alzadas por nosotros mismos, existe entre representantes del país, patria y su diasporita.


sin embargo, ahora se pregunta alarmada una facción de la diasporita de múltiples conceptos, ideas, preferencias, definiciones: ¿por qué estos muchachos no aprovechan y protestan y critican cuando salen del círculo infantil de papá estado? como lo hicieron ellos en su momento, asumo… que una vez que eligieron dejar atrás el cerco circense del país, patria y se mojaron los pies en las playas del ex… digo, de la diasporita, eligieron la voz, el tono y el concepto y lugar que se ajustaba mejor a sus circunstancias personales, económicas, familiares y políticas. algunos miembros de la diasporita viven en Mayambana o en grandes ciudades del Imperio del Norte, otros en Eurocuba y otros en Amecuba del Sur o Centro, sin contar los que residen en Africuba, Asicuba y hasta en Oceacuba. algunos se llaman a sí mismos “exiliados” y otros “desterrados”, “refugiados” o “desamparados”. algunos son considerados gusanos de seda fina y resistente, que no se destiñe ni cambia de color; otros son monarcas mexicanas o mariposas de ida y vuelta; otros más son verdaderos gusanos y rojos, fijados en la rutina que los vio nacer. algunos son reaccionarios y violentos y otros son pacifistas. muchos son indiferentes a todo lo que tenga que ver con el país, patria, que dejaron atrás. por lógica, entonces, todos deberían ser anti castristas, anti castrenses y anti circenses, pero eso nunca queda claro a no ser que sean republicanos, con o sin voto.

entonces, en realidad la diasporita sabe la respuesta a su propia pregunta: se sobrentiende que papá estado por fin dio permiso a estos jóvenes para ir a jugar, a rapear, fuera de la aldea, algo que les fuera antes denegado. muchos opinan que han intercedido padrinos (léase papá Silvio, el que nunca podrá liberarse de sus acciones, por eso tal vez quiere que su hijo lo haga a tiempo). se intuye en sus ojos que esquivan miradas y preguntas que les han leído la cartilla, que han sido advertidos, como se le hace a los niños irrespetuosos. aquí, digo yo, se debe comprender que estos muchachos son jóvenes y quieren viajar y ver mundo, algo muy difícil para cualquier cubano dada las restricciones de viaje que impone la dictadura dirigida por revolucionarios de mentiritas. se debe entender también que estos jóvenes, autodenominados revolucionarios de verdad, desean regresar a su país, patria (por la revolucionaria razón que sea) y prefieren no hablar de “política cubana” en Mayambana, cuna del… ¡exilio cubano! y bueno, aquí se sobrentiende también que en cualquier exilio —abandono del país o patria, generalmente por motivos políticos—lo que más hace la gente, por lógica, es hablar de política. y en el exilio cubano, cubanoamericano o cubanoeuropeo, la cosa es mover la mañana, la tarde y la noche con el molesto chirriar de ese columpio que cuelga de oxidadas pero rentables cadenas. se sabe que cualquier exilio engrasa sus motores económicos con el aceite político que lo alimenta, y Mayambana no es la excepción. por eso estos muchachos, que se consideran revolucionarios de verdad seguramente entienden ese detalle a pesar de no ser “exiliados”, y por lo tanto me sorprende que hayan querido ignorar la existencia del exilio cubano al declarar —me imagino que con las mejores intenciones pacíficas de unir y comunicar, de entender y tender puentes a través de las palabras— que ellos vienen a cantarle a los cubanos, no al exilio cubano…

dicen los expertos que quien habla (canta o rapea) en público, debe saber escoger el vocablo adecuado para cada ocasión —y darle la entonación y añadir el gesto propicio que amplíe su significado oral, y al escribir, definir en orden comprensible las ideas que estos vocablos expresen para subrayar y transmitir la importancia del tema. dicen también que el orador o escribano público debe escoger bien el lugar, momento y audiencia para expresar lo que quiere y así obtenerlo a cambio, o en el caso de la escritura, escoger el calibre del periódico, panfleto, blog, folletín, gacetilla que mejor se acople a sus preferencias de estilo, pensamiento, uso de palabrerías para recibir el apoyo o aplauso que desea.


opino que Silvito y Los Aldeanos tienen las mejores intenciones de expresar paz y fraternidad —algo que también comentaron al llegar a Mayambana, pero que no ha tenido tanto eco como eso otro que también es verdad: que cubanos somos todos y exiliados algunos, y que ellos prefieren cantar para todos. entiendo que desean lograr su objetivo sin crear conflicto, de ahí que no quieran hablar de política con la prensa. ellos están de paso, ellos eligen no ser exiliados y por lo tanto tampoco políticos porque a fin de cuentas, lo que deseaban ya lo obtuvieron, que es la oportunidad de rapear en Mayambana, delante de miembros de su generación que, irónicamente, sí eligieron el exilio. entonces, cuando esos amigos los paseen por la playa o Lincoln Road, por Wynwood, por los cayos, y los lleven a comer al Palacio de los Jugos o al Rey de las Fritas, y cuando por fin empiecen a rapear desde el escenario del Dade County Auditorium, estoy segura que los tres se van a acordar en cada momento de todos aquellos otros cubanos que no han podido salir de la isla a ver mundo como ellos ahora pueden hacerlo. o por lo menos debieran acordarse de ellos, pienso, y cuando eso suceda, espero que lo experimenten con el mismo nudo en la garganta que se les atorará a muchos de ésos que se autodenominan “exiliados” cuando se acuerden del pedazo de país, patria, al que eligen no volver o al que no pueden regresar mientras vean a sus raperos favoritos cantándoles a todos los cubanos allí presentes y recordándoles a ritmo de rap que su país, esa patria de todos, es la tierra de “los mangos bajitos…el lugar perfecto para llegar en avioncito…”. eso, dicen los expertos en palabrerías, se llama reciprocidad de sentimientos.

3 comments:

Anonymous said...

eso, mucho trapecio y equilobrio

Miguel Iturralde said...

Deseo felicitarte por este escrito, ¡estupendo! Lo leí en Guamá pero prefiero dejarte el comentario aquí.

No he seguido el asunto de Los Aldeanos y Silvito, pero a través de tu escrito y por los comentarios, tengo una idea bastante clara de por dónde va la cosa.

Honestamente, últimamente he desarrollado un poquito de alergia a la blogosfera cubiche. No por los temas discutidos, sino más bien por la manera de tratar los mismos, y sobre todo, por algunas reacciones que provocan. Pero así debe ser, que todos disfruten de ese privilegio de poder expresarse como mejor lo entiendan.

Quiero también felicitarte por el comentario respecto al exilio histórico, eso de que son la semilla... de acuerdo. Muchos se olvidan de aquéllos primeros que salieron con expectativa nula de regreso y vilipendiados por quienes quedaron atrás. Lo entiendo porque vivo rodeado de varios muy queridos, y sí guardan la espina. Regresé allá en dos ocasiones a principio de la década, antes de ponerme más viejo, porque tenía que sacarme la espina.

Saludos,

MI

sonora y matancera said...

MI, te agradezco el viaje acá, de igual modo que siempre aprecio tus comentarios en los varios sitios donde a veces publico por la generosidad de los administradores de dichos lugares.

Totalmente de acuerdo que la blogofosforera es un fanguero al que hay que entrar con las botas puestas. Yo trato de ubicar mis escritos de manera que produzcan reacción, pero pocas son las veces en que el debate se concentra de modo civilizado e inteligente en lo que se escribe.

Y sí, defiendo el derecho del exilio histórico --el que empezó en el 59 y duró hasta mediados de los 70-- de ser todo lo ultraderecha que quieran ser, aunque yo no lo sea. Ellos se lo ganaron a pulso: no le dieron absolutamente nada de gratis y sí lo perdieron todo, material y emocionalmente.

De nuevo, Miguel, gracias por tu visita.