1.28.2019
1.25.2019
1.21.2019
cuálDEllasArmonía
María Moliner: La mujer que escribió sola y a lápiz un diccionario, el DUE, dos veces más largo que el DRAE
Ah, la Moliner... ninfa y diosa de todos mis tormentos... de las palabrerías flotantes en mi defectuosa mente (o en mí, defectuosamente... la basurilla de las letras) porque estas tendencias de rebeldías lingüísticas, marco y cuadro de mi ansiedad de comunicación a contracorriente, como concepto de vida... uff.
ah, la Moliner, compañera de angustias y desparpajos... las dudas, dudosas... joven, yo, mirando por la ventana el tiempo pasar montado en alas huecas y agujereadas, un eco portátil y continuo el de la libertad del lenguaje, la esclavitud del alfabeto hacia la cárcel, las palabras, mujeres perversas... y aquel dúo de volúmenes de la incansable fumadora muerta, entre mis inesperadas herencias... dejarlos días en el porche para ventilarlos, todas sus palabrerías expuestas al viento... al sol... las páginas pasándose solas, como el tiempo, entonces, cayendo... mirándolos de pasada, ignorándolos. y luego el perenne olor a humo húmedo de los libracos de la Moliner, rozando mis dedos, inútiles en mi búsqueda... los dedos secos en las páginas finas y polvorientas... y la voz, las voces, autoritarias...
—Ve y consulta a María...
mirarla entonces, a mí como a ella y las otras, todas petrificadas en vocablos de significado dudoso, siempre ansiosos por la comprobación del no vayas a meter la pata y decir una barbaridad... cuando siempre debió ser mete el cuerpo y sal viva, sal viva... mastica la palabra, trágatela... antes de tirarme encima las páginas, bañarme en todos los significados posibles enjabonándome para lo que nunca tiene explicación... nunca, esto... la ardentía de la armonía, invisible... el baño perfecto, la limpieza pureza absurda y contestarle, a través del tiempo toalla, a todas, esas acepciones innecesarias, la flotante pajarita volátil entre ellas, aditivas, acumuladas... el exceso de opciones singulares, definiciones nunca precisas, ambivalentes que ni singulares ni plurales... adverbiales, en moción... como el viento y el tiempo y la falta de ... todo lo demás...
—¿A cuál... a cuál consulto... a la virgen, a la mariamagdalena puta o a la Moliner?
Ah, la Moliner... ninfa y diosa de todos mis tormentos... de las palabrerías flotantes en mi defectuosa mente (o en mí, defectuosamente... la basurilla de las letras) porque estas tendencias de rebeldías lingüísticas, marco y cuadro de mi ansiedad de comunicación a contracorriente, como concepto de vida... uff.
ah, la Moliner, compañera de angustias y desparpajos... las dudas, dudosas... joven, yo, mirando por la ventana el tiempo pasar montado en alas huecas y agujereadas, un eco portátil y continuo el de la libertad del lenguaje, la esclavitud del alfabeto hacia la cárcel, las palabras, mujeres perversas... y aquel dúo de volúmenes de la incansable fumadora muerta, entre mis inesperadas herencias... dejarlos días en el porche para ventilarlos, todas sus palabrerías expuestas al viento... al sol... las páginas pasándose solas, como el tiempo, entonces, cayendo... mirándolos de pasada, ignorándolos. y luego el perenne olor a humo húmedo de los libracos de la Moliner, rozando mis dedos, inútiles en mi búsqueda... los dedos secos en las páginas finas y polvorientas... y la voz, las voces, autoritarias...
—Ve y consulta a María...
mirarla entonces, a mí como a ella y las otras, todas petrificadas en vocablos de significado dudoso, siempre ansiosos por la comprobación del no vayas a meter la pata y decir una barbaridad... cuando siempre debió ser mete el cuerpo y sal viva, sal viva... mastica la palabra, trágatela... antes de tirarme encima las páginas, bañarme en todos los significados posibles enjabonándome para lo que nunca tiene explicación... nunca, esto... la ardentía de la armonía, invisible... el baño perfecto, la limpieza pureza absurda y contestarle, a través del tiempo toalla, a todas, esas acepciones innecesarias, la flotante pajarita volátil entre ellas, aditivas, acumuladas... el exceso de opciones singulares, definiciones nunca precisas, ambivalentes que ni singulares ni plurales... adverbiales, en moción... como el viento y el tiempo y la falta de ... todo lo demás...
—¿A cuál... a cuál consulto... a la virgen, a la mariamagdalena puta o a la Moliner?
1.14.2019
yOrgOs
a ver... digamos que siendo ya una distópica de naturaleza antisocial, impaciente exigente que empieza a bufear cuando se huele entre los 5-10 minutos que una película es una reverenda mierda, después del insulto de gastarse millones y tal en hacerla y $12 yo en el boleto... en fin, que ya casi no voy al cine, otro amor fufú a la vera del camino incorrecto. entonces, como para casi la mayoría de la gente, netflix es un salvavidas, sort of... menciono que hace un par de meses fui al cine a ver The Favourite, del griego Yorgos Lanthimos, y salí iluminada, de un tremendo buen humor, creyendo otra vez en el arte de la originalidad... puse algo por aquí y lo borré luego... pero es una delicia, a Brittish romp-com de época, escrita en diálogo actual con una agilidad evidiable y filmada y actuada de la misma manera. un deleite semilésbicoNOT donde todos los personajes son reverendos hijosdeputa malos y malamente maquillados en su maldad... y apenas comenzando el invierno, me dije. vamos, que de tres en tres, trifecta... así que investigando al maligno por magnífico director, el griego Yorgos y su retahila de films, es admirable su rastro, sobre todo en la actualidad, que en el cine como en todo lo demás, abundan los fortuitos pedos de talento y luego solo queda el gas tóxico. todos sus temas negros son absurdos pero reales, a flor de piel la distopia humana en plenitud y rallando el filoso borde de nuestras hipocresías sociales y regimentadas por tanta hipocondríaca epidemia natura como que somos carne en continua degeneración... somos una mierda, dice Yorgos, pero lo negamos y por lo tanto, hay que recordárnoslo... y para eso, lo tenemos a él.
por tal, les recomiendo efusivamente esta "supercosa" del trailer... The Lobster, que ahora está en Netflix. otra maravilla del griego... original y sarcástica de un humor negro tirando a carbonizado, todo servido en bandeja distópica con una naturalidad máxima. anda ven y ráscame esta ampolla con pus... encuerado enfoque en "la pareja", esa obligación moral que nos impone la sociedad desde que somos infantes, donde el prejuicio sádico hacia el individuo que prefiere serlo es el charquito inmundo donde todos nos reflejamos... es un mundo de a dos, obligatoriamente, y de lo contrario, jódete, que mereces ser animal... así, en nuestra realidad, la mayoría opta por andar mal acompañado antes que solo... en busca de lo que obviamente es una mentira, como todas las demás. y por creerlo, nos las merecemos.
también anda por ahí Dogtooth... digamos la semilla de la flor de peo que nos hace olfatear el Yorgos con cada obra. en fin, cuando uno se topa con mentes afines y la admiración se hace silencio... eso, eso es el arte. solo eso.
por tal, les recomiendo efusivamente esta "supercosa" del trailer... The Lobster, que ahora está en Netflix. otra maravilla del griego... original y sarcástica de un humor negro tirando a carbonizado, todo servido en bandeja distópica con una naturalidad máxima. anda ven y ráscame esta ampolla con pus... encuerado enfoque en "la pareja", esa obligación moral que nos impone la sociedad desde que somos infantes, donde el prejuicio sádico hacia el individuo que prefiere serlo es el charquito inmundo donde todos nos reflejamos... es un mundo de a dos, obligatoriamente, y de lo contrario, jódete, que mereces ser animal... así, en nuestra realidad, la mayoría opta por andar mal acompañado antes que solo... en busca de lo que obviamente es una mentira, como todas las demás. y por creerlo, nos las merecemos.
también anda por ahí Dogtooth... digamos la semilla de la flor de peo que nos hace olfatear el Yorgos con cada obra. en fin, cuando uno se topa con mentes afines y la admiración se hace silencio... eso, eso es el arte. solo eso.
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