1.12.2015
1.10.2015
1.07.2015
grisDEconcretoYneblina

como a mí, recorrerme un rato, contestó eLLa y sonrió. casi, le digo. y la abrazo. eLLa que ya quiere a mi ciudad tanto o más que yo, y a veces se la sabe mejor que yo, tan distraída en el vaivén entre las dos, ciudades, que se me fugan las imágenes en el intento de acumularlas. ese edificio es nuevo, y ése, digo. qué había ahí antes, le pregunto. y entonces, cuando me lo dice, veo sólo lo que había aun antes. como si mi mente fuera un archivo de las últimas tres décadas del siglo veinte, desde que la gran bifurcación me trajera aquí. a mi ciudad de los amplios hombros y frío cruel. así, estuvimos horas dando vueltas. y vueltas. sabes, le digo, cuando regresé de nuevayork, hace tanto ya, esta ciudad había cambiado de tal manera en apenas tres años, que me perdía. a veces me frustraba no saber ubicarme y me sentía ajena. y la insultaba. tú, tú también movingOn, claro. pero se me fue amoldando, otra vez, sigilosa hasta que su abrazo de acero y concreto me apretó de nuevo, y de nuevo otro escape tras el measfixio.
y caíste en medio de todo un continente, patas pa'rriba. pero volviste, otra vez volviste, dice eLLa mirando hacia fuera y su cuello de cisne tenso, su voz tenue, su mano en mi muslo. me parece mentira que estés aquí. y a mí, alucinación y pesadilla, entre todo lo demás. y me acaricia la rodilla y volamos por el LSD rumbo a ningún lugar. voy, recorro esta mi ciudad, tan hermosa y amplia, llena de recovecos y voces y acentos varios, sus capas y capas de humanidad, maloliente y tibia, y me veo y reconozco. es mi espejo, me refleja adolescente, joven inquieta y fresca. bella ella cambiante febril de sus calles eternas y lozana y hermosa yo, mortal e ignorándolo, amándonos tanto por sus rincones polvorientos yo en derroche de curiosidad y anhelos de urbanidad reconstruida, una y otra vez.
y nunca, entonces, por qué nunca logro reconocerme, en el espejo de mi gente, cuando deambulo ausente por mi ciudad-ella, la otra, aspirando el salitre que es su aceite. por qué no me veo, ni la veo, ni cara a cara nos vemos, ella hundiéndose en el mar. y yo anhelando el mar siempre el mar. y apenas ya tengo que volver y el miedo me espanta. esta vida en hiato, colgada de otra vida, esperando de la tragedia su final sin anhelarlo. miro de reojo mi ciudad, fría, mía. se me afloja todo lo que eLLa me aguanta. me abraza, frente al lago helado. ya será otra vez primavera, pronto, ya verás.
aFilando
LauZán (2015 and 2007) y Lucille Clerc's homage to the fallen in the Paris horror...
Afilando punta contra el extremismo idiota y fanatismo imbécil, siempre.
1.03.2015
Los “derechos” del verdugo
Armengol, en su Cuaderno de Cuba sobre el aRtfFaire Bruguera y su cubidespués...
Controlar a los intelectuales ha sido uno de los mayores esfuerzos del régimen cubano. También uno de sus fracasos más manifiestos. La última oleada represiva, desatada el día en que la artista Tania Bruguera había anunciado colocar un micrófono en la Plaza de la Revolución para que todo el que quisiera expresara su opinión sobre el futuro del país, no es otra cosa que el capítulo más reciente de esa batalla con treguas entre los hermanos Castro y los escritores y artistas, que se inició el 1ro. de enero de 1959.
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No se trata de hacer un llamado a comportarse como héroes. El heroísmo es casi siempre una salida desesperada ante la mediocridad y la estulticia, pero un gesto condenado a consumirse en su propio esplendor, casi siempre incapaz de transformar de forma duradera la vida cotidiana del país, salvo en el reino de lo anhelado y ausente. Pero al mismo tiempo existe una tendencia histórica en la nación, definida por una actitud intelectual y antidogmática, que desde los primeros afanes independentistas hasta hoy siempre ha propuesto la creación de un país libre. Una tradición que no puede olvidarse. Está en juego la dignidad cultural cubana.
1.01.2015
shavingITallOff

foto: Jan Saudek
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