ah, Rayuela cincuentona, ya. puro hocus pocus, voilá, medio siglo y toma. magia. como la maga, inolvidable. porque henos aquí, cortando a Rayuela hoy con la punta del aliento de la reverencia, cantándole un tangojazz en el ciberespacio a la pionera de la contracorriente, la electrificada requecontrantinovela, primera de tantas.
y de sus
bifurcaciones y confeti literario, nosotros sus fetos primeros desangrando y
cortando al azar la novela que no lo quiso ser y sin embargo, lo fue. cortante.
única. y después del diluvio lo será siempre, zigzagueo mental a prueba de
bala. pesadilla y baballoriqueo de críticos y tempestades de tiempos en
rompecabezas y falsos respetos ensimismados en las vacuas líneas establecidas. lineal,
la narrativa, en línea recta. leal, a marchar. y, ¿acaso lo es la vida y su
cronología coja, desordenada, tuerta y sordomuda, sin principio ni fin que no
sea la continuidad del eco del grito uniforme del parto a la muerte? entonces Rayuela
siempre como cuerda floja, como malabarismo sin red, como ganas de quebrar los
candados de todas las estructuras impuestas. entonces Rayuela equivalente a
vida. su verdad para sabernos libres y cambiar de rumbo.
y yo
tan e-siglo 21 virtual, ahí les dejo plasmada mi copia de Rayuela siglo 20, impresa
y desvencijada. como cualquier otra cincuentona. como yo. engendrada y desgastada
su tapa como mi cuerpo. partidos su folios amarillentos justo en la página 48, la
pasta y el hilo en fragmentos. casi negando lo lineal, otra vez. y es que los
medio siglos son peligrosos. definen ciclos por acabar o empezar. tal y como
debe ser: rueda, raya, tacha, rueda, raya, tacha. y sigue, y sigue. corre y
sigue.
por
eso, cierto, hace tiempo no la releo, pero es lo que al fin y al cabo hay que
hacer con todas las biblias que te obsesionan y te marcan y te enloquecen. hay que apartarlas cuando su peso machaca tus
inmoralidades, tus defectos, tus medias verdades, tu insignificancia. sólo se debe recurrir a ellas como látigo para
el recuerdo —cortante, doliente, rayando en carne viva— porque si no, toda tu
mentira fue en vano. sólo para eso sirven las biblias. rueda, raya, tacha,
rueda, raya, tacha. y sigue.
© om ulloa
© om ulloa
1 comment:
Para eso precisamente sirven las Biblias. Jajaja. . Me que hayan pedido la opinión de autoras para esto en el Pilsen.
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