7.02.2010

laAuroraDEnuevaYork



"La aurora de Nueva York", poema de Federico García Lorca con música de Vicente Monera

La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
  



... porque no existe una aurora más ceniza y afilada que la de esa otra isla inmunda que se me lanza regia sobre el rostro a arañazos tiernos y mustios por el calor del asfalto que piso en la Avenue of the Américas tantas y rotas todas de arriba a abajo, ayer hoy siempre...

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