11.07.2019

muchoAmor






se murió walter... me dice de lejos. ya lo sé. maria celeste, su eco constante en mi cerebro vía los ojos de mi madre, me lo dijo. mucho amor, pienso mirándome las uñas de los pies, largas, peligrosas... casi walterextravagantes. la escucho tararear una cancioncita de esas que le gustan. ¿recuerdas lo que me dijo su horóscopo el día que te conocí? y en el eco sigue riéndose... ve afuera y abraza un árbol, con mucho amor... y menudo tronco me tocó, y se ríe, loquita. me estiro, sonriendo. tiene su comicidad. la vida es un código celestial enredándose como hiedrastral en cada extremidad... inevitable.

se murió walter. así caen todos los íconos del panteón de lo ridículo latinoamericano. la fila antes que la mía se va vaciando. huecos y silencios en cada asiento desierto. lo walterrelleno de la vida cotidiana de la gente de a pie se esfuma. en tacones y sandalias, qué más da, arrastrando los pies de uñas pintadas de rojo por la vida buscando explicaciones del más allá... a walter, como a todas las locas rabiosas que se atreven a serlo en este mundo que las rechaza, había que admirarlo... por serlo, con las consecuentes comillas alrededor de todo lo que se diga de ellos. su enfoque benevolente en la mariconería amorosa y a la vez exagerada, tierna y positiva, la vie en rose sort of... el chal de flecos para tanta gente sola y desolada, muelle eficaz para saltar a la fama dura de plástico y mentiras piadosas. si tú quieres creerme, mi mentira es tan válida como tu verdad. siéntate, que te tiro el tarot... me dijo aquella flaca que se me acercó con malas intenciones. qué signo eres... ay, somos incompatibles, suspiró mirándome los labios, que entonces eran llenos y jugosos, a punto de convertirse en mi adolescente arma de pecado mortal. ven, vamos a ver qué dice walter... quién es walter, pregunté deseando todos sus huesos... ay, pero tú no conoces a walter. no. ella, la flaca más e
squelética de todas las que seguirían, me introdujo a walter. debe andar de luto por estos días, ya ni tan flaca ni enigmática ni prendada de mi boca a punto de, ya pecadora consumada.

walter ha muerto como cualquier otro, él que se pensaba dios inmortal de la astrobaba... porque si la gente te busca. porque cada quien quiere escuchar solo lo que le interesa oír. porque si no él cualquier otro, eh walter... luz emérita de los planetas cruzados. con su acento boricua fino al borde de explayarse en otra cosa, sus ojos sugerentes tras el antifaz de la bondad... qepd, él y sus capas, sus anillos, sus pelucas, sus novios casi niños, sus cirugías a mil, sus fantasías... y que en su noble seno lo recoja esa otra falsa ilusión.