5.23.2016

traVESía

en el aeropuerto, extranjera colorida. foránea y forense de mis huellas idas. una voz leve, a coro. me dijeron que llovía lluvia llana, destellos de sol apenas en mi cueva lejana. donde no pertenezco ni quepo ni soy, mucho menos que aquí. la voz susurra y acaricia. pues échate la pigmentería arriba, huye del calor y la tristeza tibia, del llanto sordo de los muertos por venir y los gritos de tu pueblo chusma en pos de qué-dimeDEqué. en el aeropuerto cuento las hebras de la sucia alfombra y miro mis zapatos naranjas. se olfatea un olor desagradable a polvo húmedo y gente sin bañarse, tirada en pajamas de semanas de turista asqueroso. naranja. zumo y jugo; tengo sed. del color. despinto de la manada, fea y vulgar, yo maravilla colorida, plateada las sienes y ojos ausentes tras cristales ahumados. me besaría en este instante, porque quiero amarme y no puedo. naranja es el más feliz de los colores. y pienso en las flores de las que me cuenta la voz, de lejos. flores, efímeras y púrpuras. las pienso y ya, por fin, al cabo de millas dolientes, las veo. en mi casa, que no lo es. llueve afuera y luz tenue, la voz en el silencio del olvido acunándome el oído. sin embargo. por todas partes los gritos, en ecos y los lamentos. las quejas y el tiovivo de tantos casi muertos. el espanto, calambre inquieto y caminando lenta por el pasillo me desvisto. sobre la butaca quedan los colores del disfraz. luego entre sombras, la piel húmeda de la ducha, me visto de gris. la voz me mece, me sonríe y me elogia. porque en realidad eres lluvia, siempre. aunque de mayo... se lo repito, que es el mes más cruel, mayo es, no se dejen engañar con lo de abril y su poesía y toda la bobería... a quién le hablas, pregunta la voz, sabiéndolo. suspiro y chillo, muda... abril promete, mayo engaña. mayo, el las madres, las flores... el de las muertes de los padres y los amores idos. el mes de las flores tercas y herméticas. mayo, que se acabe mayo de una vez y lleguen otras crueldades, pero no estas que tanto agotan, en su neblina y su ira. que se vayan, y camino de nuevo por el pasillo y caigo en mi sofá. cuero curtido, roto, pellejo teñido y quebrado, aún tierno al tacto. aún amante intacto. el sofá verde me arropa, la voz me abraza, me susurra que mayo se va desgranando ya. y me duermo en el sofá, con la voz intacta, tersa, por fin, después de la larga travesía.

ratherNOTart

Gonzalez-Torres, who died in 1996, was known for his ephemeral installations and sculptures, many of which call into question the nature of change and interpretation. In a work such as “Untitled” (USA Today), audiences are encouraged to take candies individually wrapped in red, silver, and blue cellophane from a pile, subverting, in the process, the notion of permanence and the anticipated relationship of the viewer to a work of art. And, as such a work can never be exactly replicated, especially when compared to the relatively static nature of a painting or photograph, it forces the issue of interpretation and responsibility in recreating these works from show to show. “One of the interesting things about Felix’s work is that when an owner lends them for exhibitions, they are lending the right to make decisions about those works,” says Rosen, who first began representing Gonzalez-Torres in 1989. “There’s this idea—what does it mean to take on the responsibility of curating? It adds this whole other element in terms of interpretation and reading and how the work transforms itself over time.”

Hay que morirse joven... No queda otra para ser eterno, para que los caramelos se hagan más dulce$. To subvert the Notion of permanence. And. The nature of change And interpretation... Art. in its pu rest form. Anticipated Static Ire responsability. For the world is no more a stash of candy. No more. And the viewer rather not. Art. Rather not.