1.16.2009

en el balcón aquél...

FC: Adiós, muchachas, compañeras de mi vida...

La del yeso: Solavaya, espanta a ese fantasma rápido, vieja, por favor...

FC: Pórtense bien, compañeritas, cuando yo me vaya... No dejen de asistir a las reuniones de la Federación de Mujeres Cubanas... Usen los condones de Marielaaaaa...

La de amarillo: No le hagas caso, niña, que ese guanajo como siempre es más lata que compota. Hasta para morirse nos jode eternamente la vida. Tú verás que a cada cubano nos mandan a hacerle guardia al féretro por lo menos 5 minutos... en acto demostrativo del cariño de las multitudes del heroico pueblo cubano hacia el jefe-en-muerto.

La del yeso: ¿Cómo, tú crees eso en serio? Pero eso es imposible, vieja, por favor. Apretaste, chica....

La de amarillo: Claro, mijita, así tienen una buena excusa para nunca enterrarlo.

La del yeso: Ay, vieja, por tu madre, no le des ideas a ese cabrón que ahí sigue parado, oyendo todo lo que dices.

La de amarillo: Pues prepárate, que a éste aunque lo entierren, no se lo van a comer los gusanos...

La del yeso: Ay, ay, que me meo, mi madre.... ¡ALABAO! ¡Te la comiste, mi hermana!

¡azúcar, negra!

"La gente es de la tierra, no del gobierno.
Pedir permiso para regresar a Cuba es como darle la razón y eso no lo iba,
ni lo voy a hacer nunca".


--Celia Cruz, de su autobiografía Mi vida, p. 92